Emotivo momento cuando cinco pequeños paisajes, creados en el IES Salvador Távora para la Edición 2017 de Luces de Barrio, llegaron a la Casa Murillo para ser admirados por los visitantes de la exposición: un rincón de aromáticas, un trocito de huerto, un kumquat, una higuera y un olivo. Todos enmarcados y protegidos por lienzos, como modelos que esperan el pincel del artista, resaltadas sus sombras con la magia de la luz, envueltos por la música que nace de lo cotidiano, mimados por cuanta mirada se posaba en ellos, orgullosos, serenos, llenos de vida.
La casa, un bello espacio ordenado para el disfrute de los sentidos y la explosión de las emociones, rebosaba de belleza en cada una de sus estancias, vestida de gala, serena, digna, como cuatrocientos años atrás.
Y si hubiera que destacar un momento mágico e inolvidable de las tres semanas que ha durado la exposición, sin duda sería la mañana del 21 de diciembre, cuando un grupo de alumnas y alumnos del Salvador Távora, parte de los creadores de los micro paisajes expuestos, se encontraron ante el resultado de su esfuerzo y dedicación. Sonrientes y satisfechos recordaron las anécdotas vividas durante las semanas de creación, sintiéndose cómplices de aquella aventura que había cambiado fugazmente su cotidianidad y que ahora les brindaba la posibilidad de mejorar el espacio donde pasan tanto tiempo.
Su casa, la naturaleza, niños, luces y sombras proyectadas sobre lienzos,… ¡Ay si Murillo levantara la cabeza!